Autora

Mi nombre es Camila Delía. Tengo 22 años y estoy terminando mis estudios para ser médica.

Siempre me gustó escribir, pero más que nada siempre me gustó
pensar, preguntarme los "por qué", los "para qué", "cómo", esas preguntas
existenciales que todos tenemos, que todos pensamos y que nos taladran durante
toda la vida, a cualquier edad. Y a la pregunta viene una respuesta. Fue así
que un día me di cuenta que realmente no era la única persona que piensa esto; que
hay gente que quiere hacer un cambio en el mundo, que también quiere marcar la
diferencia. Por algún motivo empecé a sacar de mi cabeza todas las ideas que
tenía, todo lo que venía pensando, todas esas dudas existenciales, todas esas
preguntas y respuestas, todas las ganas de vivir, de contagiar alegría, de
hacer que cada persona en mi vida sea más feliz, de ayudar a todos y cada uno;
toda la fuerza que me impulsaba e impulsa a querer saber más, a querer ser cada
día mejor, a animarme a decir ¡SI!, animarme a confiar en mi misma, en los
demás pero principalmente en Dios. Ese día se produjo un cambio en mí. Supe que
se puede; que se puede ser distinto, se puede ser diferente, se puede soñar y
realizar, se puede cambiar el mundo, empezando por mí y por vos.

No sirve de nada quejarnos y lamentarnos por todo lo malo
que pasa en el mundo, por toda la violencia y los robos, por la mentira, por la
corrupción, por la guerra, por la maldad, los abusos, la falta de motivación,
la desesperanza, si nadie hace nada. Y con nadie, digo vos y yo en concreto.
Ahora, si en cambio nos proponemos cambiar, nos proponemos marcar una
diferencia, ¿qué mejor que empezar por cada uno y contagiar al otro?

Hice como un "click", supongo que conocen la sensación, con
esa felicidad y fuerza y optimismo. Y no me quedó más que agarrar una birome y
un cuaderno, y empezar. Realmente, no podía parar de escribir. Viví dos semanas
increíbles y fuera de lo normal. Veía todo con otra mirada, cada momento tenía
un más allá, cada cosa y situación tenía un para qué, todo, absolutamente todo
formaba parte de algo (en el libro que escribí está explicado este concepto).
Me levantaba a las tres de la mañana, luz apagada, con la birome en mano porque
tenía que seguir escribiendo, como si la idea se me fuese a ir. Escribí en el
colectivo, en cafeterías, en Misa, en reuniones, tomando mates. Llegué a estar
corriendo y tener que parar a escribir en el medio del gimnasio! Era como una
necesidad, un impulso. A las dos semanas, aproximadamente, di por terminada la
escritura. La pregunta fue: ¿y ahora?

Bueno creo que ya sabemos todos la respuesta, acá estoy.
Pasé todo a la computadora, las páginas empezaron a tener capítulos, y los
capítulos tuvieron un índice. El título de la obra fue lo más difícil, porque
tenía que identificar el contenido del libro y a la vez captar tu atención. La
verdad que con el libro lo único que quiero es transmitir el mensaje que sentí
que tenía que dar a conocer.

Por medio de Tu historia
personal busco generar un cambio en cada persona que lo lea. Un cambio que
nos lleve a ser mejores personas, a animarnos a identificar nuestro fin en el
mundo y encontrar el camino para llegar a él.

Este libro impulsa a frenar, a detenernos a pensar y
reflexionar sobre nosotros mismos, sobre el otro, sobre el mundo, y sobre Dios.
Creo que podría resumirse en el proceso de cambio de una persona, proceso cuyo
propósito es vivir la vida con plenitud y paz. Con una alegría que viene del
saber quiénes somos, qué buscamos y a dónde vamos; pero con la certeza de que
podemos llegar a ese fin último de nuestras vidas, porque, como está
desarrollado a lo largo del libro, si vivimos nuestra historia personal
hablamos el lenguaje el universal, que fue hecho y creado por Dios. Y si
estamos con Dios ¡¿qué será imposible?!

Y es justamente esta paz y esta alegría la que busco que
cada uno transmita a todo quien se cruce. Es un animarnos a decir sí, un
animarnos a volar, con confianza en ese Dios que creó todo y que todo lo puede.

El vivir con esto en mente, y digo vivir y no sobrevivir, se traduce en una energía y optimismo
impresionantes, en una esperanza que busca hacer
y hacer bien.

Así que Tu historia personal es mi granito de arena para
cambiar el mundo. Sólo hay que decir: ¡SÍ! y animarse a volar.

Gracias.